Historia de la empresa
El Programa High Road, Inc. se fundó en 1976 como una de las primeras organizaciones que ofrecían servicios de educación y asesoramiento a personas detenidas por conducir bajo los efectos del alcohol en California.
High Road empezó a ampliar sus servicios a mediados de los 80 para incluir la desviación de delitos menores por drogas, servicios de asesoramiento sobre violencia doméstica y control de la ira, servicio del programa federal de abuso de sustancias (SAP) del DOD/DOT, así como servicios de rehabilitación para personas en libertad condicional.
Aunque la mayoría de nuestros servicios están relacionados con el asesoramiento y el tratamiento por abuso de sustancias a personas remitidas a través del sistema de justicia penal de California, High Road también proporciona asesoramiento y tratamiento ambulatorio asequible y de bajo coste al público en general. Nuestra organización ha crecido hasta convertirse en uno de los principales proveedores de servicios ambulatorios de asesoramiento y tratamiento por abuso de sustancias en el sur de California.
Nuestra filosofía
No todas las personas que consumen alcohol u otras drogas son alcohólicas o adictas, ni todos los problemas están relacionados con el abuso de sustancias. Muchas personas tienen problemas para controlar la ira, que a menudo se manifiesta en violencia doméstica, en la que el alcohol y/u otras drogas se convierten en la válvula de escape utilizada para hacer frente a la ira y a los sentimientos de falta de control. Hay muchos comportamientos que pueden llevar a una persona a convertirse finalmente en adicta al alcohol y/o a otras drogas.
Creemos que proporcionar educación, asesoramiento y apoyo familiar en una fase temprana puede ayudar a intervenir en comportamientos que con el tiempo podrían conducir a problemas de abuso de sustancias y, más tarde, a la adicción.
También creemos que el alcoholismo, la drogadicción y otros trastornos compulsivos son enfermedades progresivas que afectan a todos los niveles de la sociedad. Creemos además que son enfermedades tratables y de las que una persona puede recuperarse. Sabemos que el principal indicador de la enfermedad es la incapacidad del individuo para controlar la ingesta de alcohol, drogas u otras sustancias y el comportamiento exhibido mientras está bajo su influencia.
Creemos que un tratamiento eficaz se dirige a la persona en su totalidad: física, emocional, psicológica, vocacional, social y espiritual. Romper con la negación del individuo de que existe un problema debe ser un objetivo primordial del tratamiento, y que la abstinencia total es un requisito previo para iniciar y mantener la recuperación. Sabemos que la mejor forma de cambiar el estilo de vida es mediante un programa de tratamiento eficaz que incluya a la persona y a su familia, personas cercanas y amigos, con el apoyo de la participación en programas comunitarios de autoayuda.
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